Las dietas son temporales y no funcionan. En este artículo analizaremos los errores de las dietas estrictas; y las alternativas que hay para perder peso y ganar salud de manera permanente, no por tres días o por una semana.
Un factor importante que hay que conocer, es que cuando nosotros reducimos la ingesta de alimentos de manera radical, del tipo: “mañana empiezo la dieta de la berenjena, hoy no importa que coma lo que quiera”, en estas típicas dietas en que pasamos de comer demasiado, a demasiado poco, nuestro metabolismo, al ver que disminuimos las comidas, como mecanismo de supervivencia, se ralentiza, quemando menos. Esto quiere decir que cuando dejamos la dieta, comiendo como antes, engordamos más… ¡Oh!, ¡mundo cruel!, Y ahora, ¿qué hacer? Si realmente quieres equilibrar tu peso, debes realizar un programa de cambio de hábitos, en el que vayas adoptando hábitos saludables de manera placentera, y hacer de esas nuevas conductas un estilo de vida que refleje un cuerpo sano, vital, y una mente tranquila y en paz, liberada de la tiranía de las dietas estrictas. Existen técnicas de programación neurolingüística, para realizar ese cambio de hábitos de manera efectiva y saludable.
Siguiente locura: en una dieta temporal, cuando nos entra hambre no comemos, es decir, no respondemos a las señales de nuestro cuerpo. Luego, cuando acaba la dieta y las restricciones, se empieza a comer más de la cuenta. Se come sin hambre. Y se engorda. Esta dolorosa paradoja para el que la experimenta, se soluciona satisfaciendo las necesidades de nuestro cuerpo: si hay hambre física, se come. Es el primer paso para reeducar nuestro metabolismo y hacerlo nuestro aliado, significa que hacemos caso a las señales que emite nuestro cuerpo. En un buen programa de cambio de hábitos, aprendes a alimentarte de manera sana y natural, a perder peso, tu cuerpo se depura, los procesos metabólicos vuelven a la normalidad, eliminas toxinas, te equilibras…
El sentimiento de escasez que produce el negarnos la comida, aparte de alterarnos el metabolismo, nos puede producir ansiedad. La ansiedad nos puede hacer perder el control, y hacernos comer compulsivamente como reacción a ese racionamiento al que nos vemos sometidos.
En resumen, este tipo de dietas pueden alterar el metabolismo y otras glándulas endocrinas, nos hace pasar hambre y generan ansiedad. Y claro, no necesito darte pruebas de ello, porque a la vista está el mercado para adelgazar que hay montado, que quiere que sigamos probando potingues en un bucle infinito. Y si con todo lo que la gente gasta, no adelgaza, será por algo. La estrategia de las dietas estrictas para adelgazar no funciona, y ahora es cuando algunos médicos las empiezan a desaconsejar.
Tu cuerpo y tu mente quieren armonía, regularidad, equilibrio, quieren que cubras sus necesidades: comer bien cuando hay hambre, taparse cuando hace frío, pedir un abrazo cuando estamos decaídos. Tu mente y tu cuerpo quieren Paz, quieren tu Amor.
Cuando uno adopta un estilo de vida sano, el adelgazamiento es algo secundario, que simplemente sucede, los kilos se van por donde han venido, como por arte de magia, pero no es magia de lo que hablamos, es de tener la estrategia adecuada para obtener resultados duraderos, es decir, un cambio de hábitos que incluya:
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