HUESOS DE SANTO
Ingredientes para 45 unidades aprox.:
Ingredientes para 45 unidades aprox.:
Para el mazapán:
250 gr. de almendras enteras.
250 gr. de azúcar glas.
40 gr. de clara de huevo (Si es pasteurizada mejor, por cuestión de seguridad alimentaria, pues va en crudo)
Para la yema:
12 yemas.
200 gr. de azúcar.
Para la glasa:
350 gr. de azúcar glas.
60 gr. de agua.
Elaboración:
Mazapán:
Poner en una batidora de vaso, las almendras enteras con el azúcar y pulverizar. Si se hace en dos veces, obtendremos mejores resultados y controlaremos mejor el pulverizado, siempre poniendo mitad almendras y mitad azúcar glas, cuidando de no pasarlo, pues en ese caso empezaría a soltar aceite la almendra y la pasta quedaría inservible. Debe quedar un polvo seco y suelto.
Añadir la clara y amasar con las manos hasta que quede una mazapán que se pueda trabajar, que no se nos pegue en las manos.
Yema:
Mezclar la yemas con el azúcar, cocer en un recipiente antiadherente al fuego sin parar de remover hasta que esté cuajado. Dejar enfriar y meter en una manga pastelera con una boquilla pequeña y estrecha.
Glasa:
Esto es fácil, solo tenemos que mezclar bien todos los ingredientes y ya está listo para bañar los huesitos.
Huesos:
Estirar con un rodillo el mazapán en una mesa espolvoreada con azúcar glas, dejándolo de unos tres milímetros de espesor, luego hacer cuadrados de cinco centímetros por cinco. Si somos meticulosos y lo hacemos con una regla, todos nos quedaran igual, esto le dará un toque más profesional. No olvidemos que como en otros trabajos la desidia es nuestro principal enemigo.
Con la ayuda de un palito, lápiz o cualquier otro utensilio los enrollaremos formando un cilindro hueco, sacar del palito y dejar secar en una rejilla, para que el mazapán se endurezca.
El periodo normal será de unos dos o tres días, dependerá mucho del clima en el que vivamos. Si podemos usar un horno con ventilador pero sin temperatura esto nos acelerara el proceso.
Rellenarlos con la yema ayudados de una manga pastelera o jeringa y una boquilla fina.
Bañarlos en la glasa y volver a dejar secar en la rejilla hasta que dejen de estar húmedos al tacto.